Los medios de comunicación se han hecho eco en las últimas semanas de unos estremecedores y entristecedores datos: en 2020 en España se cometieron 3.941 suicidios. O, dicho de otra manera, 11 suicidios al día. Esto supone la primera causa de muerte no natural en España, habiendo un aumento del 7,4% respecto a 2019. ¿Qué ha pasado?
Una de las principales hipótesis que respaldan este hecho son las consecuencias que la pandemia ha traído consigo. Desde que empezó el confinamiento domiciliario en marzo de 2020, ha habido un aumento progresivo de los factores de riesgo del suicidio: trastornos mentales, depresión, ansiedad, insomnio... Y la falta de recursos a nivel sanitario no ha ayudado a que estos problemas se pudieran paliar. Las limitaciones de vida social, la incertidumbre, los procesos de duelo y la situación económica han sido grandes determinantes de la situación actual en nuestro país.
Además, también se habla de una importante subida de los suicidios en personas jóvenes: es la primera causa de muerte en jóvenes después de los tumores. También se han registrado el doble de suicidios en menores de 15 años (7 en 2019 y 14 en 2020). Y es que ya viene de largo la preocupación por los jóvenes a la hora de atravesar esta situación excepcional, ya que hubo ocasiones en las que se creía que eran ellos los que mejor llevaban la pandemia y sus consecuentes confinamientos, pero los datos dicen todo lo contrario.
Los psicólogos afirman que desde que comenzó la pandemia, cada vez más pacientes (y cada vez más jóvenes) piensan más en la muerte. De hecho, el Observatorio del Suicidio en España estima que podrían producirse alrededor de 80.000 intentos de suicidios en España.
Y es que todos estos datos dan de que pensar: ¿cuánta importancia se le está dando a la salud mental a nivel estatal? ¿Son estos datos una evidencia de las carencias del sistema?
https://www.elmundo.es/espana/2021/11/12/618d7d7021efa0875b8b45f7.html
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