Tanto la depresión como el TEPT (Trastorno de Estrés Postraumático) son dos trastornos mentales muy presentes en la actualidad. No sabemos qué causa uno u otro pero si sabemos que se producen como respuesta a situaciones estresantes como puede ser violencia comunitaria, agresiones sexuales,... No todas las personas reaccionan igual ante la misma situación de estrés y donde una persona puede desarrollar depresión, otra puede ser más "fuerte" y capaz de superarlo por ella misma.
A finales del siglo XIX se desconocía el motivo por el cual se provocaba la tuberculosis y de forma accidental se descubrió que la medicina iproniazida era un antidepresivo (el primero conocido) porque provocaba efectos de euforia en los pacientes que la tomaban. Lo mismo ocurre para la depresión y TEPT con el Calypsol, uno de los pocos antidepresivos que no se basa exclusivamente en la serotonina, sino que tiene efectos sobre el glutamato que es otro neurotransmisor. Tradicionalmente se usaba como anestesia en cirugía pero experimentando con ratones se comprobó que tenía efectos contra la depresión y diferentes trastornos mentales. A pesar de que este medicamento tuviese una vida media corta (se elimina rápido del organismo) con una dosis los efectos duraban incluso semanas, por lo que más que a un antidepresivo se parece a una vacuna.
Tenemos que saber que en Estados Unidos 1 de cada 4 personas sufre un trastorno mental, así que debemos seguir investigando porque a lo mejor descubrir este medicamento puede suponer el fin de los trastornos mentales pero como dijo un sabio: "Solo un tonto está seguro de algo, un hombre sabio continúa adivinando".
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