Los trastornos alimentarios con más comunes en la adolescencia
y al principio de la edad adulta y son más prevalentes en mujeres y niñas que
en hombres. De hecho, alrededor del 1% de las adolescentes sufren anorexia y el
3% bulimia, y el número de chicos va considerablemente en aumento.
Una de la peores consecuencias a la hora de enfrentarse a un
TCA son las secuelas nutritivas extremas que dejan. En trastornos como la
anorexia o la bulimia, se puede llegar a un estado de desnutrición severo,
mientras que en el caso del trastorno por atracón, es la causa del 40% de la obesidad
en nuestro país. Además, a nivel físico, pueden tener múltiples consecuencias
como irregularidades menstruales, cansancio crónico, problemas de sueño, disminución
del nivel inmunológico o disminución del interés sexual entre otros.
Pero lógicamente, no se puede dejar de lado el impacto que
tienen a nivel mental estos trastornos. Las personas que los padecen suelen
tener una baja autoestima, donde le dan una excesiva importancia al peso, la
figura y a la comida que comen; tienen síntomas depresivos, irritabilidad, mal
humor, inestabilidad emocional, ansiedad y apatía general entre otros. En cuanto
a la conducta, las pacientes con TCA suelen tener un comportamiento enfocado a
la mentira, impulsividad, agresividad, ser muy obsesivas con el ejercicio físico
o mirarse en el espejo; o incluso, en ocasiones, llegar a emplear medidas farmacológicas
como laxantes y supresores del apetito para bajar de peso.
Es por eso que es necesario dar la importancia que merecen a los TCA, comunicar a los que lo sufren que no están solos y que es muy importante pedir ayuda en cuanto los síntomas aparezcan.
https://www.clinicacta.com/dia-internacional-lucha-contra-tca/
https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/adolescent-mental-health
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